Prólogo del editor -- Prefacio -- Advertencia -- Ver el mar -- Una línea remota en el globo terráqueo --Volcanes y temblores de tierra -- Las montañas omnipresentes -- El Sahara y el Atlántico -- El umbral de Sicilia -- La larga marcha hasta la civilización -- Primeras herramientas, primeros hombres: el paleolítico inferior -- El hombre y los orígenes mismos de la vida en la Tierra -- Un pasado oscuro de divisiones cronológicas muy desiguales -- El interminables Paleolítico -- El clima, ¿un director de orquesta? -- Ríos y costas -- ¿Una revolución geológica? -- El fuego, el arte y la magia -- El hombre de Neandertal, y luego el homo sapiens -- El arte también nace allende el Mediterráneo -- El arte mobiliar -- El arte del Levante español -- El Mesolítico, ¿una decadencia en Occidente? -- La revancha del Mediterráneo: la primera civilización agraria -- Excavaciones revolucionarias: el creciente fértil y Asia Menor -- El doble nacimiento del mar -- Mesopotamia y Egipto empiezan a vivir -- Mesopotamia arranca la primera: ¿es un dato importante? --En Egipto, problemas similares -- Otros avances: el torno de alfarería -- Avances de la agricultura y la ganadería -- El tejido -- La madera, material decisivo -- El cobre y el bronce --

No digan que la prehistoria no es historia, avisaba Braudel en La identidad de Francia. Un arqueólogo del

neolítico o de la protohistoria, suscribirá sin reservas esta afirmación. Podría añadir: No digan que la

escritura hace la historia. Hay que haber excavado, analizado, interrogado a las primeras civilizaciones

agrícolas, metalúrgicas y después urbanas del neolítico, del calcolítico y de la edad del bronce, en su mayor

parte sin escritura, para saber que se puede esbozar su historia, detectar la construcción de su identidad, su

estructura social, la competencia entre sus élites, sus mutaciones económicas, su existencia cotidiana. ¿Dónde

está la diferencia entre las familias reales enterradas en Ur, Caldea, y las inhumadas en Alaca Höyük, en

Anatolia, hacia el 2500 antes de nuestra era?. ¿Las primeras son históricas y las segundas prehistóricas?

Vana demarcación. De ahí la búsqueda incansable para remontarse, todo lo posible, a la era de los génesis y

las primeras eclosiones. En este sentido, el historiador no puede prescindir de las civilizaciones sedentarias

más antiguas. Es en aquella época cuando se decide todo, se establecen las sociedades jerarquizadas, el peso

de las primeras ciudades precoces, los espacios geoculturales, las tradiciones religiosas, es decir, la

transición progresiva de las poblaciones a los pueblos.

1 ej.

Les mémoires de la Méditerranée. Préhistoire et antiquité.

Átlas cartográfico ; Índice de nombres.